Antropocentrismo y Paradoja del Árbol que Cae


Existe una vieja paradoja que revela en todo su esplendor el antropocentrismo de la especie humana, ¿Hace ruido el árbol que cae cuando no hay nadie para escucharlo? conocida como la Paradoja Del árbol Caído.

Y es que, exceptuando el hecho de que el ruido es un concepto humano, como todos los demás conceptos; ya que, la humana es la única especie animal capaz de formular y transmitir “conceptos”.

Tenemos también el hecho de que, el ser humano, No es, ni por mucho, la única especie animal que habita el planeta llamado (por humanos) Tierra.

Es más, es todo lo contrario, la especie humana no es más que una de tantos millones de especies animales que habitan el planeta; una de tantos miles de millones o millones de millones, si consideramos los Tres Reinos: Animal, Vegetal y Protozoos; así es, microbios y otros seres unicelulares, también son seres vivos.

Pero la especie humana es la única en este planeta con la capacidad para destruirlo, para destruirse a sí mismo y para destruir a todas las demás formas de vida.

Todo producto de su Antropocentrismo, todo producto de creerse el centro de la Creación, incluso el centro del Universo; de creerse, por derecho propio, igual o equiparado al propio Dios.

Y No Es Así, nada más lejos de la Realidad.

Y es que, hablando de Realidad, ésta paradoja se trata acerca de ella.

La Realidad existe y es válida, No porque el hombre o especie humana piense en ella, la asuma como algo real o material; Existe porque Es en Sí Misma y No Por Consecuencia del hombre.

Para demostrarlo pensemos en esto, la especie humana tiene poco más de 1 millón de años de existir; la mayor parte de ese tiempo, sin la capacidad de formular pensamientos o racionamientos intelectuales profundos; la denominada civilización apareció hace más de 10 000 años; que fue cuando desarrollamos lo que denominamos cultura y junto con ella vino el intelecto; o sea, nuestra capacidad para cuestionarnos cosas como la que plantea la paradoja.

La Edad de la Tierra se calcula en 4,543 × 10^9 años; entonces, según la Biblia y la “conciencia” humana, la Tierra No Existió hace más de 10 000 años; o sea < 1,0 × 10^4 años.

¿Qué paso entonces con los otros 4,54299 × 10^9 años?, ¿No hubo nada?, ¿No fueron reales?, ¿No existieron?

Evidentemente Sí, así lo demuestra la ciencia y el razonamiento que nosotros mismos fuimos capaces de crear.

Una Contra Paradoja.

Pensemos en que pasaría si producto de nuestro propio antropocentrismo llegásemos, más bien, algún líder político mundial, a desatar la 3° Guerra Mundial y producto de ello, la raza humana desapareciera; pero el planeta y muchas de las especies tanto animales como vegetales sobrevivieran.

Al paso de los siglos el Planeta y la Evolución Natural llegaría a restablecer la Vida y la Naturaleza, de forma muy similar a como era antes de la aparición de la raza humana; quizás mejor; quizás también; alguna otra especie, gracias a la evolución y gracias a lo No depredación del humano, llegue a evolucionar y a desarrollar conciencia, razonamiento y pensamiento propio; como lo hizo el humano; quizás mejor que éste; porque No desarrolló Auto-Centrismo, egoísmo, narcisismo, y todas esos defectos de la especie humana; o porque, ésta nueva especie, al contrario de la humana, Sí estaba en Armonía con la Naturaleza y por Ende con Dios.

¿Se haría esa nueva especie la misma pregunta?, O ¿Su capacidad de razonamiento la llevaría a concluir inequívocamente que el sólo hecho de formularse la pregunta es una estupidez?; Ya que, la Realidad No Depende de su Especie Sino de Sí Misma; ¡Como el Universo!, ¡Como Dios!

Otra Paradoja.

Supongamos que se extinguió la especie humana y ninguna otra llegó a desarrollar inteligencia y capacidad de razonamiento.

¿Dejaría de existir el 3° Planeta consecuencia de ello?, ¿Dejaría de existir el Universo?

La respuesta a ambos es No; Ambos Seguirían Existiendo; que no exista en el 3° Planeta, antes denominado Tierra, una especie capaz de pensar que eso es un planeta, no borra a dicho planeta, ni a todo lo que hay dentro de él de la Existencia del Universo, Ni de la Existencia de Dios.

Es más, formúlese estas preguntas:

¿Podemos ser tan vanidosos como para pensar que somos la única especie inteligente en el Universo?

¡Porque existen millones de planetas en cada Galaxia con capacidad para crear y albergar vida y millones de Galaxias en el Universo!

¡Imposible que ninguno de ellos tenga o pueda desarrollar vida inteligente!

¿Qué somos los únicos creados a imagen y semejanza de Dios?

¡Por qué Dios Omnipotente y Omnipresente puede ser lo que Él quiera!

¡Puede tener forma humana, puede No tener forma, puede ser energía, puede ser espíritu, puede ser inteligencia pura, puede ser Todo eso y No Ser Nada a la vez!

¡Simple y sencillamente porque Él Es Dios!            

Es más, formúlese estas otras preguntas:

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¿No será más bien que los humanos idealizamos a Dios con nuestra propia forma?

¿Qué los humanos pensamos en Dios con “hecho” a nuestra imagen y semejanza?

No amigos, el hombre no es el centro del Universo, Dios no está hecho a imagen y semejanza del hombre, y bien haría el hombre y la religión en recordarlo.

 

¿Hace ruido el árbol que cae cuando no hay nadie para escucharlo?

Esta pregunta es casi tan antigua como la memoria social. De hecho, esta manera de formularla simplemente expresa de forma concreta una pregunta abstracta que los filósofos llevan milenios haciéndose: ¿El mundo material, con todo lo que conlleva, existe independientemente de que alguien lo perciba?


I: ¿Hace ruido un árbol al caer si nadie lo escucha?

Se podrían escribir cientos de líneas respecto a este hecho, pero quizá merece la pena nombrar al trío de filósofos que más (y primero) expusieron los puntos de vista más comunes sobre cómo la gente sabe que sus percepciones de la realidad son verdad. John Locke fue el primero en plantear que la mente es como un carrete fotográfico (no con estas palabras, ya que la primera fotografía llegó más de un siglo después de Locke). Este carrete tomaría una fotografía exacta de la realidad que lo rodea.

Años más tarde, George Berkeley puso sobre la mesa un punto de vista totalmente distinto. Según él, es la mente de cada uno de los individuos la que crea la realidad. David Hume, años más tarde, definió la realidad como algo a medio camino entre las ideas de Locke y Berkeley. Para Hume, la materia y la mente humana interactúan para crear lo que la gente llama realidad.

Entonces, si a estos tres grandes filósofos les preguntásemos la cuestión con la que hemos comenzado, cada uno contestaría algo totalmente distinto. Para Locke la respuesta habría sido un sí rotundo. Berkeley (el primero que formuló la pregunta tal y como la conocemos) habría ido al polo totalmente opuesto, afirmando que no sólo no habría hecho ningún sonido al caer, si no que ni siquiera el árbol existiría. Hume sería el único que lo plantearía de un modo más conciliador, exponiendo que algo sucedería, pero que en realidad no podríamos llamarlo sonido sin un ser humano que pueda oírlo.


I: Nuestra percepción del sonido

En este punto, podríamos seguir hablando de otros filósofos que perfilaron más firmemente toda esta serie de ideas, pero prefiero dar mi respuesta a la pregunta. El árbol sí que sonará al caer, y no existe duda alguna al respecto. Bueno, en realidad sí que puede haber dos dudas, que sería plantearse ¿Qué es el sonido? ¿Qué es la realidad?

Como mente científica, para mí el sonido son las vibraciones que se propagan en la materia. Estas vibraciones se propagarán por todo lo que rodee al árbol en su caída haya alguien para percibirlo o no. De hecho, ya Leonardo da Vinci expuso que el sonido eran meras vibraciones, aunque no fuese hasta los avances de Robert Boyle que se demostrara que el sonido necesita un medio para propagarse.

Pero por supuesto, si queremos eludir la definición física de sonido, podemos empezar a divagar con todo tipo de elucubraciones que difícilmente nos llevarán a buen puerto. Al final, dicen que este tipo de preguntas filosóficas nunca se plantearon para encontrar una respuesta, si no para ejercitar la mente y ser capaces de comprender conceptos más complejos cada vez. Pero con todas las preguntas para las que la ciencia no ha encontrado respuesta, ¿merece la pena seguir con las que ya tienen respuesta?

Por eso, la verdadera cuestión subyacente de la paradoja del árbol sería la definición de realidad. ¿La realidad es lo que percibimos, lo que existe independientemente de que lo percibamos, o es algo difícilmente definible a medio paso de ambas suposiciones? Para responder a esto tendríamos que tener en cuenta cómo nuestro organismo nos engaña al percibir todo aquello que nos rodea, o cómo ni siquiera somos conscientes de cómo es en realidad todo lo que nos rodea.

Y en este momento volveríamos a recurrir a la filosofía como herramienta clave para favorecer el progreso, en forma de una pregunta para la que la ciencia aún no tiene una solución absoluta, e incluso puede darse el caso de que jamás la tenga.

Fuentes y más información:

Leer más: http://recuerdosdepandora.com/filosofia/hace-ruido-el-arbol-que-cae-cuando-no-hay-nadie-para-escucharlo/#ixzz3jTnno65D
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Paradoja Del árbol Caído


Esta pregunta es casi tan antigua como la memoria social. De hecho, esta manera de formularla simplemente expresa de forma concreta una pregunta abstracta que los filósofos llevan milenios haciéndose: ¿El mundo material, con todo lo que conlleva, existe independientemente de que alguien lo perciba?
Esta es una pregunta que habrán escuchado muchos usuarios, otros no, y etc. Primero expondré mis puntos, y el que visite el post, también exponga su punto de vista, si así lo desea. (No hay una respuesta acertada, solo opiniones de cada individuo)

Por que al final, dicen que este tipo de preguntas filosóficas nunca se plantearon para encontrar una respuesta, si no para ejercitar la mente y ser capaces de comprender conceptos más complejos cada vez.

Como la pregunta es ambigua, voy a ir por los dos puntos. ¿Cuales son esos 2 puntos?

(Hace ruido)

(No hace ruido)

¿Por qué hace ruido?

Aunque no lo escuche nadie igual hace ruido. La razón es que si no hiciera ruido estaría fuera de las leyes físicas, porque el golpe de una materia contra otra ocasiona un sonido, independientemente de que haya un oído físico que lo escuche o no. De lo contrario, reitero, estaría fuera de la ley que el propio Absoluto ha creado.


¿Por qué no hace ruido?



Por que por una forma general, el ruido se asocia con la idea de un sonido molesto bien por su incoherencia, por su volumen o por ambas cosas a la vez.  Para que sea molesto, alguien tiene que escucharlo. En este caso, como nadie escucha la caída del árbol, entonces no hace ruido al caer.

Ambos puntos buenos, pero yo realmente me quedo con que no hace ruido. por que el juego de palabras está en (Hace) por que ya estamos aclarando que lo escuchamos, sin haber escuchado nada.  De hecho, creo que en la pregunta está la respuesta, (No hay nadie para escucharlo) Por como expliqué antes, la pregunta es muy ambigua, y depende de que perspectiva lo vea cada persona.

Paradoja Del árbol Caído