No cabe duda que que Jorge Guardia es un neoliberal de ultranza y defensor
del capital. “Yo subiría la tarifa al 15% y, además, ampliaría la base a todas
las transacciones comerciales. No haría excepciones, exenciones ni exclusiones
de nada ni a nadie para maximizar el ingreso potencial, simplificar el esquema,
y eliminar las distorsiones del sistema actual. Ni siquiera excluiría la canasta
básica, pues la justicia vendría por el gasto o el impuesto sobre la renta.
Gravaría todos los bienes y servicios a la misma tarifa, incluyendo a nosotros
los abogados y economistas, hoy exentos de contribución. No se escaparían los
médicos, veterinarios, odontólogos, psicólogos ni futurólogos (muy de moda, por
cierto), ni las donaciones y contribuciones políticas. Las trabajadoras del
sexo, cuyo riesgo laboral disminuyó en virtud de una dispensa papal, irían
también en la colada, e incurrirían en grave defraudación fiscal si ofrecieran
polvitos sin factura.”… No hacen falta más palabras, el fin justifica
los medios.
Yo me inclino por una visión socialdemócrata; no una arista mucho más
política; ni mucho menos, Arista. Yo rebajaría la tarifa al
10%, o al menos, la dejaría igual (13%).
Más importante que, ampliar la base a todas las transacciones comerciales
es, crear una base progresiva de tasación para el IVA. Si haría
excepciones, exenciones y exclusiones, en base a la progresividad,
favoreciendo a quienes tienen menos poder adquisitivo y castigando a los que más
tienen para, efectivamente maximizar el ingreso potencial, crear un esquema
justo, y eliminar las distorsiones del sistema actual.
Excluiría la canasta básica, pues la justicia vendría por el gasto o el
impuesto sobre la renta, correctamente tasado. Gravaría los bienes y servicios
con tarifas diferenciales, siempre sobre el esquema de progresividad.
Incluyendo a nosotros los abogados y economistas, hoy exentos de
contribución. No se escaparían los médicos, veterinarios, odontólogos,
psicólogos ni futurólogos (muy de moda, por cierto), ni las donaciones y
contribuciones políticas. Las trabajadoras del sexo, cuyo riesgo laboral
disminuyó en virtud de una dispensa papal, irían también en la colada, e
incurrirían en grave defraudación fiscal si ofrecieran polvitos sin factura. Ya
que, en eso sí estoy de acuerdo con Guardia.
El Gurú Todo lo Sabe 